jueves, 13 de agosto de 2009

Cienciano fue una muralla en Uruguay

A fuerza de corazón y piernas, el once imperial salvó un valioso empate a cero en cancha del Liverpool uruguayo y dejó en capilla a los charrúas que ahora tendrán que vérselas con el Papá en el Garcilaso.

Pero el punto no fue gratuito. Liverpool salía a someter a los rojos con un nueve como Emiliano Alfaro que forzaba todas arriba y complicaba a los centrales Arakaki y Vílchez, sin embargo los uruguayos no encontraron nunca la manera de doblegar el arco defendido por Johny Vegas.

Cienciano no hacía mucho en el ataque, Mauricio Montes estaba muy solo, demasiado lejos de la línea de volantes y su sacrifico no alcanzaba. Así con el equipo partido, era difícil que el Papá cree situaciones de gol. Sin embargo, un tiro de esquina cobrado por Guevara y reventado en el palo a los 6 minutos haría palpitar la portería defendida por De Agustini. Sólo eso.

El resto fue todo para los locales; Alfaro, Montero y Acosta acribillaban la férrea defensa cusqueña sin poder derribarla, mientras que Rodales y Sánchez no se cansaban de mandar venenosos centros, ya un cañonazo de Pezzolano había besado el travesaño. Felizmente la suerte jugaba para los peruanos.

Los dirigidos por Trobbiani argumentaron su resistencia en un once solidario, todos prestos para la marca y la pelea, quizás no muy lúcidos para la creación, pero generosos para el relevo. El oficio salía a relucir en cada línea y tenía un exponente: Corcuera. El volante inca tijereteaba ataques uruguayos con habilidad de peluquero.

El ingresado Elías Figueredo tendría otra clara, solito ante Vegas, pero no supo definir. A los 76', Julio García se gana la segunda amarilla y es expulsado, complicando aún más al Cienciano.

Porque Liverpool arremetería con todo, llenaría de pelotazos, disparos, paredes, pelotas paradas y todo con tal de romper el cero. Pezzolano otra vez reventaba el parante, pero una pésima puntería y la suerte -de campeón dicen-, ayudaría para que el Papa a fuerza de coraje y sacrificio mantenga el cero hasta el final.

En los últimos minutos Cienciano tuvo algunas de contragolpe, pero el ingresado Cavallo no tuvo suerte. Vegas ya era figura y Cienciano una vez más retaba a la fortuna. Resistía pensando en la revancha el próximo jueves ante un Garcilaso abarrotado, donde el Papá tendrá que demostar que lo de ayer no fue solamente suerte. Ahora en casa, tendrá que hacerse más grande para empezar a creer de a poco, como anoche, como hace seis años cuando su fe llegó hasta levantar la Copa Sudamericana.
El Bocon

No hay comentarios: