jueves, 22 de marzo de 2007

Erradiquemos la violencia en el Fútbol


El fútbol, es sinónimo siempre de alegría, de técnica, de clase, y sobre todo de pasión, esa pasión que mueve multitudes, pero eso no significan que esa pasión se vea alterada por el mal comportamiento de los aficionados o los mal llamados hinchas.
Esos vándalos que se disfrazan de aficionados para causar violencia, cuando los resultados no se dan. Todo aficionado y amante del fútbol tiene que tener presente que en este deporte se gana o se pierde, peor eso no significa que la ira o la cólera por la derrota se convierta en violencia tiñendo de sangre este deporte tan mágico.
El fútbol desde que nació se convirtió en el pasar de los años como rey entre las disciplina, por su movilización de multitudes hacia un estadio o donde se prefiera ver un encuentro de esta naturaleza.
Es triste ver un partido que desde las tribunas se arrojen cosas poniendo en peligro la integridad de los jugadores y los jueces. Hace muchos años en mi país un hincha no le gusto el fallo del referí y conllevo a que otros aficionados lo sigan a este personaje que la historia peruana lo conoce como el “Negro bomba”, aquel día se tiño de sangre el Estadio Nacional y de luto el fútbol peruano, es un amargo recordar.
Hechos como estos se deben evitar, en nuestra historia peruana hay muchos relatos, sobre todo el año pasado en el torneo de Copa Perú se suscitaron muchos actos de violencia que la final solo causan desgracia.
Las reglas del fútbol son claras porque no pensar que con estos hechos el único perjudicado es el club que a veces pierde los puntos, vetan su escenario deportivo y multas y demás problemas que aquejan cuando suceden estos actos violentos.
Aquí también los jugadores deben evitar este tipo de actos, porque por el calor del partido comienzan conatos de bronca que son llevados hacia las tribunas por sus seguidores, los árbitros también con sus fallos errados y así seguiríamos, enumerando acciones que llevan a estas malas reacciones que no son justificables por nada.
La mano de los dirigentes deportivos debe ser fuerte, los veedores de los partidos deben estar con la mirada atenta. Veamos los espejos de otros campeonatos donde hasta suspendieron torneos por actos violentos.
Estamos de acuerdo que a nadie le gusta perder pero si el equipo de sus amores pierde es porque le otro fue mejor o cometió menos errores, nada justifica a que después de un partido veamos imágenes irreproducibles de gente enfrentándose en batallas campales y cosas parecidas.
Tomemos conciencia señores, vallamos a los estadios alentemos a nuestros colores, hagamos sentir la presión al equipo rival pero con acciones dentro de la legalidad del fútbol.
No seamos vías de ausentismo en los diferentes estadios, recuerden que ahora en estos tiempos no solo van hombres al fútbol , también van los niños, y mujeres, todos estos personajes que solo desean pasar un bonito fin de semana alentando o siguiendo partido a partido a su equipo de sus amores. Seamos señores portadores de la erradicación de la violencia en los estadios.
Los Números hablan
Según el sondeo de opinión de la Universidad de Lima, realizado el 3 y 4 de marzo en esta capital y la provincia del Callao, el 83.9 por ciento de los consultados afirma que en el fútbol local existe "mucha" y "bastante" violencia.El 86.3 por ciento sostiene que los medios de comunicación del país incitan a la violencia, pero a la televisión se le atribuye la mayor responsabilidad ( 58.2 por ciento), Internet (21.3), diario (13.7), radio (2.8) y cine (2.6 por ciento).Los talk show o reality show son los programas de televisión que influyente más en generar violencia en el país, seguido de los noticieros ( 30.6 por ciento) y las series junto a las películas (20.6 por ciento), de acuerdo al estudio.La encuesta, con un nivel de confianza de 95 por ciento, señaló que el 58.1 por ciento de la población considera que la sociedad peruana es "violenta" y el 26.5 por ciento "muy violenta".Para el 74.9 por ciento de los peruanos este fenómeno social aumentó en los últimos años en el país.

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