Los españoles terminaron con una sequía de 44 años de logros internacionales luego de que con gol de Fernando “ El Niño” Torres consiguieran el Titulo de campeones de la Euro 2008 tras ganarle la final a Alemania, realizada en Viena.
El gol que significaría el cetro de el mejor de Europa fue conseguido por Torres a los 33 de la primera etapa, luego de aprovechar un lanzamiento de Cesc desde fuera del área probando la poca velocidad de la línea defensiva germana, Fernando corrió y en apenas unos segundos dejó en evidencia a un lateral cotizado como Lahm. Tras ganar esos metros en carrera la picó suavemente ante Lehmann y dio paso a la locura.
Aunque al principio el delantero pecó de unos índices de nervios algo subidos, la tuvo en varias ocasiones hasta que encontró este merecido premio.
Pero antes de esto, a España le costó catorce minutos animarse y reencontrarse a sí misma. Las primeras posesiones hacían vislumbrar que el juego de toque, toque y toque exhibido hasta el momento iba a ser la nota predominante de la final. Pero no se contó conque el rival también iba a salir a jugar de tú a tú al equipo español.
Con Ballack en el equipo titular pese a las alarmas que encendió su gemelo el sábado, los de Joachim Löw pensaron que teniendo el balón anularían la calidad de los de rojo y cerrarían de paso todos los canales de juego.
Este susto inicial se abortó antes del cuarto de hora, ya que las únicas noticias del ataque teutón fueron, además de balones aéreos, un centro envenado de Ballack desde la izquierda y un tiro de Hitzlesperger que Casillas atrapó sin problemas. Ahí se acabó la broma. España empezó de nuevo a tocar, a crear y abandonó un repentino impulso de intentar tirar balones en largo sin ningún tipo de profundidad.
Cuando se recuperó ese patrón once jugadores de blanco empezaron a correr por detrás del balón, y los que saben tratarlo muy bien, es decir, Xavi, Senna, Cesc, Silva e Iniesta, tomaron las riendas de la situación y comenzaron a fabricar ocasiones.
Torres pudo cantar mucho antes, si el palo no hubiera repelido un cabezazo abajo tras un excelente centro de Ramos desde la derecha. Capdevila probó fortuna después de esta acción, pero su tiro posterior se marchó cerca del palo. Empezaron entonces buenos minutos del lateral del Villareal, ya que se quitó la careta y se sumó sin descaro al ataque. En este bagaje, aunque momentáneo, el catalán intentó algún centro y las sensaciones eran de que España iba a rondar el gol.
Hasta el descanso, sólo la timidez de Iniesta a la hora de lanzar impidió que el resultado hubiera cambiado de dígito. Pero en el factor psicológico, medio título ya estaba medio ganado con esta ventaja ante un equipo acostumbrado a ganar.
Comenzó la segunda parte, y el juego de toque y los pases a Torres para que siguiera humillando a Metzelder y Mertesacker también se repetían. Esta vez el del Liverpool no pudo marchar en velocidad, pero las contras eran constantes, aunque faltaba rematar desde dentro del área.
Dos ocasiones de Ramos casi consecutivas podrían haber cerrado mucho antes todo, pero primero el taconazo del sevillano tras un tiro de Silva y luego un tiro cruzado no encontraron su destino.
Los ataques de España vivieron una pausa porque Alemania no dijo basta en ningún momento. La entrada de Kuranyi hacía que ganaran superioridad por arriba, y Ballack pese a estar medio ausente por un percance que tuvo en la ceja en la primera parte, sacó un tiro de la nada que a punto estuvo de costar un disgusto mayúsculo. Entretanto, Marchena también tuvo su momento y empezó a marcar su terreno y a Klose, a base de toquecitos a destiempo para ahuyentar delanteros. También Casillas colaboró en esta causa, pero no a base de paradas imposibles, si no a ganar autoridad por arriba. Los centros alemanes siempre encontraron sus manos, y las vías de ataque alemanas, parecía que estaban bien cerradas.
En realidad este arreón alemán también fue cuestión de minutos, porque España volvió a ponerse el chip del toque y del ataque exquisito y parecía que cantar el segundo era más factible que lamentar el empate. Iniesta volvía a comandar las acciones de ataque, Cazorla sustituyó a Silva y minutos antes Xabi Alonso hizo lo propio por Cesc. Pero al crack manchego le sigue faltando creencia en sí mismo para disparar a portería.
Hasta el final, Alemania jugó atando de forma autómata, y los de Luis querían cerrar la final a la contra. No sólo querían buscar el contragolpe, si no que la superioridad en los últimos minutos llegó a ser aplastante, pero perdonando ocasiones. Ni Güiza en un mal control, ni Senna tras una dejada de éste lo consiguieron, pero ya solo esas ganas de ganar, hicieron que el final del partido fuera vibrante, pero no por las acometidas de los alemanes, si no por una nueva exhibición de Fútbol.España logra su segunda Eurocopa, rompe el mito, rompe el gafe, rompe todos los tópicos estúpidos y esta generación de jugadores ha querido ganar jugando bien. Por fin se lo han creído y por fin se limpian los cerebros de los españoles con todas aquellas tardes amargas.
El gol que significaría el cetro de el mejor de Europa fue conseguido por Torres a los 33 de la primera etapa, luego de aprovechar un lanzamiento de Cesc desde fuera del área probando la poca velocidad de la línea defensiva germana, Fernando corrió y en apenas unos segundos dejó en evidencia a un lateral cotizado como Lahm. Tras ganar esos metros en carrera la picó suavemente ante Lehmann y dio paso a la locura.
Aunque al principio el delantero pecó de unos índices de nervios algo subidos, la tuvo en varias ocasiones hasta que encontró este merecido premio.
Pero antes de esto, a España le costó catorce minutos animarse y reencontrarse a sí misma. Las primeras posesiones hacían vislumbrar que el juego de toque, toque y toque exhibido hasta el momento iba a ser la nota predominante de la final. Pero no se contó conque el rival también iba a salir a jugar de tú a tú al equipo español.
Con Ballack en el equipo titular pese a las alarmas que encendió su gemelo el sábado, los de Joachim Löw pensaron que teniendo el balón anularían la calidad de los de rojo y cerrarían de paso todos los canales de juego.
Este susto inicial se abortó antes del cuarto de hora, ya que las únicas noticias del ataque teutón fueron, además de balones aéreos, un centro envenado de Ballack desde la izquierda y un tiro de Hitzlesperger que Casillas atrapó sin problemas. Ahí se acabó la broma. España empezó de nuevo a tocar, a crear y abandonó un repentino impulso de intentar tirar balones en largo sin ningún tipo de profundidad.
Cuando se recuperó ese patrón once jugadores de blanco empezaron a correr por detrás del balón, y los que saben tratarlo muy bien, es decir, Xavi, Senna, Cesc, Silva e Iniesta, tomaron las riendas de la situación y comenzaron a fabricar ocasiones.
Torres pudo cantar mucho antes, si el palo no hubiera repelido un cabezazo abajo tras un excelente centro de Ramos desde la derecha. Capdevila probó fortuna después de esta acción, pero su tiro posterior se marchó cerca del palo. Empezaron entonces buenos minutos del lateral del Villareal, ya que se quitó la careta y se sumó sin descaro al ataque. En este bagaje, aunque momentáneo, el catalán intentó algún centro y las sensaciones eran de que España iba a rondar el gol.
Hasta el descanso, sólo la timidez de Iniesta a la hora de lanzar impidió que el resultado hubiera cambiado de dígito. Pero en el factor psicológico, medio título ya estaba medio ganado con esta ventaja ante un equipo acostumbrado a ganar.
Comenzó la segunda parte, y el juego de toque y los pases a Torres para que siguiera humillando a Metzelder y Mertesacker también se repetían. Esta vez el del Liverpool no pudo marchar en velocidad, pero las contras eran constantes, aunque faltaba rematar desde dentro del área.
Dos ocasiones de Ramos casi consecutivas podrían haber cerrado mucho antes todo, pero primero el taconazo del sevillano tras un tiro de Silva y luego un tiro cruzado no encontraron su destino.
Los ataques de España vivieron una pausa porque Alemania no dijo basta en ningún momento. La entrada de Kuranyi hacía que ganaran superioridad por arriba, y Ballack pese a estar medio ausente por un percance que tuvo en la ceja en la primera parte, sacó un tiro de la nada que a punto estuvo de costar un disgusto mayúsculo. Entretanto, Marchena también tuvo su momento y empezó a marcar su terreno y a Klose, a base de toquecitos a destiempo para ahuyentar delanteros. También Casillas colaboró en esta causa, pero no a base de paradas imposibles, si no a ganar autoridad por arriba. Los centros alemanes siempre encontraron sus manos, y las vías de ataque alemanas, parecía que estaban bien cerradas.
En realidad este arreón alemán también fue cuestión de minutos, porque España volvió a ponerse el chip del toque y del ataque exquisito y parecía que cantar el segundo era más factible que lamentar el empate. Iniesta volvía a comandar las acciones de ataque, Cazorla sustituyó a Silva y minutos antes Xabi Alonso hizo lo propio por Cesc. Pero al crack manchego le sigue faltando creencia en sí mismo para disparar a portería.
Hasta el final, Alemania jugó atando de forma autómata, y los de Luis querían cerrar la final a la contra. No sólo querían buscar el contragolpe, si no que la superioridad en los últimos minutos llegó a ser aplastante, pero perdonando ocasiones. Ni Güiza en un mal control, ni Senna tras una dejada de éste lo consiguieron, pero ya solo esas ganas de ganar, hicieron que el final del partido fuera vibrante, pero no por las acometidas de los alemanes, si no por una nueva exhibición de Fútbol.España logra su segunda Eurocopa, rompe el mito, rompe el gafe, rompe todos los tópicos estúpidos y esta generación de jugadores ha querido ganar jugando bien. Por fin se lo han creído y por fin se limpian los cerebros de los españoles con todas aquellas tardes amargas.
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